Historia reciente del Museo Nacional de Ciencias Naturales
Este libro lo tendría que haber devorado y digerido mi buen amigo Américo Cerqueira, que regenta la Tienda del Museo Nacional de Ciencias Naturales y conoce bien a la mayoría de los expertos que han participado en él. También habría tenido mucho que decir su editora, Carolina Martín, entomóloga de tan docta institución, que ha estado bien secundada por su colega Soraya Peña de Camus. Incluso Pedro Sánchez, el editor de Doce Calles, que es un gran entendido en historia de la ciencia. Pero vivimos tiempos inciertos y, al final, me ha tocado a mi sacarlo a la palestra, pues cuando este número de Quercus salga a los quioscos habrán pasado ya casi tres meses desde su presentación oficial.
Del elefante a los dinosaurios es una obra colectiva en la que han participado 16 investigadores y que aborda un periodo mal conocido del Museo, el que abarca desde el final de la Guerra Civil hasta que adquirió su presente estructura administrativa, luego de haberse escindido en tres centros y volverlos a englobar a partir de 1984. Aquellas tres secciones fueron el Instituto José Acosta de Zoología, el Instituto Español de Entomología y el Instituto Lucas Mallada de Geología. La ciencia pocas veces se ha llevado bien con los virajes administrativos.
En esa época brillaron figuras como el genetista Antonio de Zulueta, que le tocó dirigir el Museo en la peor etapa posible, cuando llegaron las depuraciones políticas. Traductor de la obra de Darwin al español fue una de esas carreras que se vieron truncadas por la Guerra Civil. También son dignos de destacar Luis y Fernando Lozano, padre e hijo consagrados a la ictiología, una materia por aquel entonces prácticamente virgen. O Dimas Fernández Galiano, gran patriarca de una familia plagada de eruditos, que también se interesó por un terreno casi yermo, el de los protozoos. Algunos de ellos aún sobreviven, como el paleontólogo Emiliano Aguirre, descubridor de los yacimientos de Atapuerca (Burgos) y durante un tiempo director del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
La obra es el resultado de un concienzudo trabajo de Carolina Martín, que ha conseguido reunir a una ilustre gavilla de autores y rescatar del olvido muchas fotos perdidas en archivos y colecciones particulares que ahora se publican juntas por primera vez. ¡Ah, por cierto! El elefante al que alude el título es uno de los iconos del Museo, montado por Luis Benedito en 1930 y expuesto un año después. La mayoría de los dinosaurios llegaron más tarde, a mediados de los años ochenta, aunque la réplica del diplodocus ya estuviera allí desde 1913.